domingo, 3 de octubre de 2010

Dimanche

Se trata invariablemente de lo mismo: empezar. Es, día a día, la decisión por tomar... pero no es hasta el domingo que la enfrentamos cara a cara.

Empezar cualquier cosa: limpiar, cocinar, lavar ropa, escribir una entrada. El turning point es el momento en que rompemos la inercia estática de nuestro día, y, si no se rompe de tajo, afectamos irremediablemente el curso del tiempo... Todo lo que devenga será de una u otra forma parte de un cuadro desajustado; tomará más tiempo, carecerá de la chispa esencial de la pasión momentánea, intrínseca del enfrascamiento perfeccionista del movimiento.

Nos encontraremos, sin duda confundidos, a la 1:27 pm con la pijama puesta, lavando ropa y desayunando dentro de un día que se mueve en los márgenes de nuestra inercia estática, medio rota y medio entera debido a la falta de una acción correctiva en el momento adecuado.

Pero no es que no tenga remedio, por algo existen los lunes.

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