martes, 2 de julio de 2019

A posteriori.

A veces no sé que hacer con este sentimiento de culpa. Esta culpa por estar viva mientras otros no lo están. Sé que no puedo realmente hacer nada más que seguir con el plan que hay para mí, o con mi destino fortuito, pero inevitablemente la muerte me hace sentir que es importante centrar mi atención en lo que soy hoy, lo que tengo, lo que vivo, lo que disfruto, lo que sufro, lo que hago y dejo de hacer. Es como si, sin aviso previo, me pusieran un espejo enfrente, me hicieran salir de mí para entender el todo. Es el momento de fin de curso, cuando hay que firmar la boleta y no sé si me fue bien o no. Para mí, lo que le pasó a mi mamá sigue siendo todos los días una llamada de atención, un jalón de orejas, un recordatorio de que no tenemos nada garantizado y que en esta vida llena de carencias y privilegios, de extremos y contradicciones, todos tenemos el mismo destino final. Y sí, tal vez tenga que poner mis barbas a remojar. Este año ha sido un subibaja. Tomar algo de control de lo que está en mis manos sería lo mejor.
Mi primo se fue. No parecía su momento, no parecía justo, y sin embargo, el final le llegó el día que le tocaba. ¿Cuál propósito tiene su ausencia en esas vidas tan entrelazadas y necesitadas? Parece una mentira, un quiebre en la realidad.

viernes, 28 de septiembre de 2018

La 4 dimensión.

Como cuando escuchas una canción que te mueve el alma. Así, de repente, mientras está en random la playlist de youtube y aparece este sonido que hace que centres tu atención dispersa en su origen. Y luego, mientras escuchas, recuerdas cosas, gente, etapas. Y pareciera que han pasado dos vidas antes de que fueras lo que eres ahora. Y por un momento, en la pausa atemporal, eres hoy y eres ayer, y todos los momentos intermedios... y te dan ganas de dejar de hacer lo que estás haciendo y volver en el tiempo, pero sin perder lo que eres ahora. Un poco como la película de Amy Adams, la de los aliens y el viaje en el tiempo. Lo bueno es que el tiempo es una dimensión y no un momento, y que no le importa lo que tú quieras hacer con él, solo existe. Lo malo es que ya perdiste por lo menos media hora de tu valioso tiempo de mamá profesionista profesora con mil y un pendientes por resolver. Eso es lo malo de que algunas cosas nunca cambien.

lunes, 30 de mayo de 2016

Me pondría un 8.

Lo cierto es que nunca he estado preparada. Las decisiones de mi vida se me han venido en tropel, y con la única certeza de que amo a Alberto. De ahí en más, me he movido como los que buscan agua, agitando un palo en el desierto, esperando que vibre lo suficiente como para indicarme que es un buen momento de cavar un pozo.
Es cierto que soy inmadura. De la misma forma que lo somos casi todos... muchas cuartas abajo de Jesús, Buda, la madre Teresa y de Gandhi. No creo ser una buena persona pero tampoco creo ser una mala persona. En el peor de los casos soy alguien mediocre y desidiosa.
Aún así, trato de hacer lo mejor que puedo (consciente de que a veces no es suficiente) y procuro no meterme con nadie. Si vivo en un error, trato de no involucrar a la gente en él; y si veo que me genera conflicto empatar ideologías, prefiero retirarme con gracia y educación, porque según sé, es de grandes aprender a disentir sin pelear.
Creo que merezco un trato educado. Creo que merezco que no me busquen si yo no estoy buscando pleito. Creo que decirle de cara a alguien "inmaduro" así sin más, implica ofensa, y no me parece que sea algo poco digno de atención, como un comentario sobre el clima.
Pero en este mundo donde la justicia es un tipo de cambio devaluado, qué importa lo que yo creo que merezco. No es como si me fueran a preguntar al final de todo, ni que la vida fuera autoevaluación.

lunes, 16 de abril de 2012

Sparta.

Cuando decido pelear siento siempre una  acidez en el estómago. No soy una persona hecha para el choque; todo lo contrario, me gusta conciliar.
-"Mija, no, eso no es un envase, un envase es lo que entra en contacto con el producto".
Mientras me atacan innecesariamente respiro profundo. Hay dos opciones:
a) Me callo la boca y sonrío.
b) Peleo.
Yo estudié esto. Yo doy esta clase. Leí la maldita norma.
This is Sparta.

martes, 14 de junio de 2011

Encontrar. Trouver.

Esta humilde servidora está sufriendo por problemas de identidad. Al grado que, un año después de graduarse, sintió la impulsiva necesidad de encontrarse de nuevo, y se encuentra investigando acerca de planes de vida y carrera.

Me siento algo tonta haciendo esto. Como si lo debiera saber desde siempre... como si ya estando en secundaria regresara a aprenderme el alfabeto y a deletrear. como cuando sabes que lo que el profesor está diciendo es importante, y tal vez venga en el examen, pero igual decides no poner atención.

¿Supongo que más vale tarde que nunca?

La verdad emprendo esto con la esperanza de no haber errado mi vocación, porque todo este año y medio me ha dado la impresión de que estaba on drugs cuando escogí mi carrera. Sinceramente, a estas alturas comienzo a pensar que mi asesora espiritual erró, y que tendría un mejor trabajo si fuera reportera. O tal vez no. Nunca lo sabremos.

Lo que sí sé, es que, sin hablar de este año, si yo le platicara a chibi Iraís lo que estudié y lo que puedo hacer una vez acabada la carrera, creo que se sentiría orgullosa de sí, porque el Diseño Industrial suena importante. Ésto, claro está, sólo sucedería si no le mencionamos que somos completamente incapaces de conseguir un trabajo que nos permita siquiera pagar una renta. Es una contradicción, lo sé, pero creo que le haría el favor de endulzar un poco la verdad para que no se sintiera tan fracasada.

Y cargando mi depresión laboral a cuestas me encuentro con que la gente feliz es más creativa que la que no es feliz, cosa que me sospechaba ya que mi posición actual no me ha alentado en lo más mínimo a eso de crear... pero de cualquier forma no es precisamente buenas noticias.

Me gustaría sentir que este "bache", por llamarlo de alguna forma, no es más que el camino de terracería que se une con la carretera de asfalto hidráulico de mi futuro, pero si me soy sincera, me cuesta mucho pensar eso teniendo en mente que sólo es un bache, en un camino de terracería, que me lleva a otros baches y otros caminos de terracería que no llevan a ninguna parte.

El problema en sí, es que no logro ver el "big picture", tal vez porque nunca pinté el cuadro general. Por eso el regreso a intentar descubrir algo que ya debería de estar grabado en mi alma... los dejo con la idea de encontrar bien el camino que pienso recorrer en el transcurso de los años, o al menos habiendo planteado un punto de destino.

Si quieres resultados diferentes, deja de hacer lo mismo siempre.

martes, 16 de noviembre de 2010

Se hacen tarjetas de presentación.

Hablando de cosas aleatorias. Como que una está sentada tranquilamente en su trabajo, tras haber derramado con parsimonia refresco sobre la laptop, peleando con un archivo de tarjetas de presentación y las teclas pegajosas ("a" y "s" en particular), cuando escucha a unas viejitas debatirse afuera de la oficina.

Así, una se asoma, con curiosidad un tanto morbosa, y resultan ser la dueña de la oficina, tía del jefe, y su hermana, mamá del jefe, que vinieron en taxi sin previo aviso. Se presentan, aunque conozco de antemano a la  mamá de mi jefe, y entran. Al fin que es su casa.

Yo no entiendo hasta que entran y todo el desorden a mi alrededor, surgido de la noche a la mañana, tiene sentido: son cosas de ellas. Les ayudo a sacarlo todo y ponerlo en el asiento trasero del taxi: unas cubetas, ropa, bolsas de compras con objetos surtidos. Se mueven lentas, y me tratan con condescendencia. No quieren imponerme, molestar... Me hacen sentir como si quien tuviera problemas motrices fuese yo, me matan de ternura.

Terminamos en dos viajecillos y ellas comienzan a dirigirse a la puerta. Me hablan como si me conocieran de toda la vida, y la mamá de mi jefe me regala, porqué no, tres anillos de lo que parece ser plata con piedras varias (creo que una es un ópalo rosa).  Me los pone en mis dedos regordetes con sus manos temblorosas, me planta un besazo en mi cachete y se despiden, no sin antes recordarme que cierre bien todas las puertas para que quede segura.

Vaya forma de imponerle a una la sonrisa del día de hoy.

viernes, 22 de octubre de 2010

Ciber-agradecimientos




Esto del mundo virtual es asombroso. Para todo hay tutoriales...

Si en mis tiempos hubiésemos tenido algo similar, yo creo que dejaba la escuela y me convertía en la mejor intérprete-cinta negra-bailarina-etecé etecé, completamente educada en casa. Olvídense de los engorrosos gastos de transporte, y todo ese tiempo perdido, pues la educación que busca está a un click de distancia.

Qué fácil, ¿no? Pues no, la verdad no. Al final de todo es la voluntad la que prevalece y sinceramente son pocos los iluminados que cuentan con ese tipo de autodisciplina, dentro de los cuales obviamente no estoy yo.

Pero bueno, aún así, quería dar un grito al ciberespacio agradeciéndole todo ese conocimiento que no es mío, que tomé prestado, y gracias al cual he logrado cosas maravillosas… desde aprender a colorear en photoshop hasta la forma correcta de hacer las bolitas de onigiri.